lunes, 9 de agosto de 2010

La vida nos da sorpresas.

Tras toda una vida de comunicación vía correo y con la llegada del Internet e-mail, Juan y Antonia deciden juntarse para poderse ver cara a cara. Ellos se caracterizaban por ser sordos mudos, pero esto no significaba que el encuentro entre ellos iba a causar una alegría tan grande que podría hacer olvidar a todos de sus problemas por unos momentos. Tras su encuentro no lo podían creer, uno frente al otro, la alegría se apodero de ellos. No les gustaba el lenguaje de señas, solo se escribían. Sentados en el bar, a eso de las cuatro de la madrugada deciden escribirse un a dios y nos veremos pronto.

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